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SECUESTRO. LIBERACIÓN.... LA TRANQUILIDAD SE FUE

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A Carlos Velásquez Guerrero lo secuestraron y a su madre le dispararon.  10 horas después  fue liberado..... perooo quien te secuestró ¿Te puede devolver tu libertad de forma completa ? En la calurosa tarde villamonteña, madre e hijo estaban por ingresar a su propiedad cuando fueron interceptados por delincuentes que les exigieron una gran suma de dinero. Carlos les dijo que no lo tenían; no le creyeron. ¿Qué hacer frente a las amenazas, frente a esas miradas que lanzan cuchillos que hieren tu seguridad?  Voy a suponer que la vista de ambos se fijaba en los rostros de la delincuencia y en el frío caño del arma que los apuntaba, un caño que cambió de temperatura en un segundo y dejó sobre la tierra a la mujer.  Las ruedas comenzaron a girar, llevándose el presente y el futuro de dos personas, atrás quedaba una estela de polvo y se instalaba en dos cuerpos el miedo. En el interior la fuerza de Lindaura se escapaba vestida de rojo. Carlos solamente escuchaba lo que pasa

Carretera peligrosa. ¿Es ella la culpable?

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Sentado en la parte de atrás de mi vehículo mientras esperaba que arreglen mi llanta de auxilio no pude evitar sacar mi celular y ponerme a grabar acciones que ponen en riesgo la vida de quien transita por ahí. El título de esta historia es : Carretera peligrosa. ¿Ella tiene la culpa? La respuesta es NO. La culpa es de usted cuando no respeta las reglas de tránsito. Aquí  una muestra de lo que pasa.

EL ABUSADOR VA A LA ESCUELA

¿Qué pasa cuando el encargado de velar por la educación de su hijo es presentado por la policía como “el hombre que violó a 4 niñas”? La respuesta la tienen los padres de familia de un establecimiento escolar de un barrio cruceño. ¿Puede imaginar como se iban transformando los rostros al ver y escuchar la noticia? Seguro que sí. Lo que no va a lograr es sentir lo que se apoderó de sus cabezas y corazones. Por los pasillos calurosos de la policía de Guayaramerín apareció escoltado por dos policías “El Director”. Llevaba una camisa y un pantalón de tela. Estaba peinado para un costado, caminaba mirando al piso, frunciendo  el ceño;  con esta acción,  los lentes se levantaban hasta la altura de sus cejas. Esa era la apariencia con la que todos los días llegaba al colegio que dirigía, seguramente inspirando respeto y hasta temor. Ambos, de alguna forma, fueron utilizados para consumar uno de los delitos más terribles que puede sufrir un ser humano... y más aún cuando s